Gaucho Mateando (1.1.02)
Pastel Tiza
Dibujo a pastel a la tiza sobre papel, con trazos sueltos y gestuales.
La obra representa un gaucho, pero no el retrato de un gaucho en particular, sino que se trata de la imagen del gaucho como arquetipo, ya que aparece dotado de todos los atributos que lo identifican: los enseres del ritual del mate, brasas y pava, las botas, el pañuelo, el sombrero y también el poncho.
Su mirada traspasa el plano de la obra, y pareciese que alguien de fuera del cuadro que no es el espectador hubiese llamado su atención, pues no está concentrado en la acción que ejecuta que a su vez ha sido congelada por la interrupción sino que se dirige hacia afuera.
La postura corporal de reposo ha sido bien lograda, el artista posee gran poder de síntesis que permite identificar el aplomo del cuerpo con gran economía de recursos, incluso en los escorzos del brazo con que levanta la pava y las piernas.
La paleta es acotada, ha optado por un sutil juego de complementarios y algunos grises cromáticos, siendo el binomio azul naranja el elegido, a pesar de lo cual resulta armónico ya que los valores de luz de ambos tintes no varían mucho substancialmente.
El espacio carece casi por completo de tridimensionalidad, ya que la figura se nos presenta prácticamente monumental al ocupar el mayor porcentaje de superficie del plano, y la síntesis ejercida sobre ella suprime información para que haya una percepción volumétrica del espacio circundante, más allá del detalle del fuego ocupando un registro adelantado o el modelado de la figura propiamente dicha.
Evidentemente, el interés del artista estaba puesto en el retrato del personaje, en la captación de su mirada, y así, en la caracterización psicológica más que en cualquier descripción espacial.