Crispino, Luis


PAISAJE COSTUMBRISTA


ARADO (1.1.10)

Óleo sobre tela / Medidas: 115cm x 156cm

Vemos una escena de trabajo o de vida cotidiana, probablemente en el campo de la pampa argentina. Está organizado por medio de estrictos registros horizontales, con diferentes profundidades: primer plano, horizonte lejano y cielo, siendo éste último acotado, ya que el acento narrativo de la obra está puesto en la inmensidad de la tierra laborable. La figura protagónica es esta tierra inconmensurable en el que las edificaciones se empequeñecen contra el horizonte.

A pesar del registro que compositivamente recuerda a las bandas de una bandera, el artista se toma la licencia de incorporar sutilezas que generan un cierto dinamismo. Las zonas de movimiento se aprecian en las diagonales de ángulo discreto que forman el camino que se pierde en el fondo a la derecha, en los espacios más allá del sembradío amarillo, en la huella de un tono tierra oscuro, sobre el cual ejerce su trabajo el arado; pero el mayor acento de equilibrio dinámico está justamente puesto en este arado: su ubicación podría analizarse como un corte que divide a la obra en cuatro cuadrantes de cierta armonía áurea: la figura del hombre sentado en el carro, vestido de camisa blanca está levemente desplazado hacia la izquierda de la obra, y tanto él como los caballos se mueven melancólicamente hacia la derecha en una diagonal que pareciese salir del plano del cuadro, aumentando el sentido bucólico de la obra. El dibujo es correcto y ajustado, aunque está ampliamente contenido en las manchas de color, especialmente en el arado y los caballos. El uso del color responde a una búsqueda de naturalismo y la pincelada se ajusta a la necesidad de caracterizar las distintas texturas. Esta es una obra de cierto romanticismo y sentido sublime, en cuanto que la inmensidad de la tierra y la profundidad del espacio están resueltos con gran sencillez y eficiencia, y por esto son los protagonistas de la obra.




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