Díaz Lago


Burritos salitreros


Burritos salitreros (1.1.14)

Óleo sobre tela, 80cm x 100cm

(1970)

En este óleo apreciamos un horizonte ubicado en corte áureo, con diagonales que forman un paisaje montañoso, cuyo yermo perfil aparece sólo interrumpido por la presencia filosa de vegetación de clima árido. En medio del camino se distingue una columna de burros que, como un espejismo, aparecen con formas poco definidas y ondulantes en el calor de un día que transita el mediodía, cosa que podemos evidenciar, por ejemplo, en la posición en la que el artista ubicó las sombras de los animales, entre otros factores. Esta manada aparece construida pictóricamente como una mancha indiscernible, donde cada animal se funde aparentemente con el compañero y con su propia sombra. Formalmente, se estira hacia el punto en que fuga, además, el propio camino. De esta manera, vemos que es muy interesante el tratamiento espacial que plantea el artista, donde el sendero y las plantas en primerísimo primer plano de la derecha aparecen acentuando la perspectiva acelerada que lleva hacia el fondo y proporciona un gran espacio tridimensional con gran economía de elementos. La pincelada aparece matérica y vibrante, por momentos gestual o traslúcida, respondiendo a las texturas y efectos buscados; ejemplos de este antagonismo son los elementos que abren y cierran la lectura horizontal de la obra a izquierda y derecha del cuadro respectivamente: la loma de la montaña, de tonos altos y fríos y pincelada sutil, y los matorrales de la derecha, de valores bajos y trazos gestuales e inquietos. La paleta, si bien acotada a la modelación de colores análogos del amarillo y el naranja, presenta gran amplitud en cuanto a valores, muy altos en el cielo y partes del camino y muy bajos en los animales y las sombras, sin dejar de pasar por los valores medios; haciendo de este óleo un interesante ejercicio de efectos atmosféricos.




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