Paisaje (1.1.12)
Óleo sobre tela, 114cm x 155cm
En óleos de grandes dimensiones, Luis Crispino presenta paisajes de belleza bucólica compuestos por grandes espacios abiertos que aluden a la grandeza de los campos argentinos. Con gran economía de recursos, estos paisajes están articulados mediante registros horizontales que realzan esa sensación de grandeza. La ilusión de profundidad está lograda con precisión gracias a elementos simples pero no sencillos técnicamente. Por ejemplo, hay en “La Esperanza” un excelente uso de la perspectiva lineal para construir las huellas de carretas que se entrecruzan hacia la zona media del cuadro, pero que ocupan todo el registro inferior (correspondiente al primer plano), percibiéndose aquí tan cercanas que el punto de vista del observador da la sensación de estar ubicado muy cercano al plano del piso de barro en el que están impresas. De igual forma funciona, en “Paisaje”, el tamaño menguante de los árboles a medida que se alejan hacia el fondo flanqueando el sendero. Es decir, estos elementos no sólo son objeto de representación narrativa expositiva del tema de la obra, sino que además funcionan como efectos de lectura tridimensional de la obra.
En cuanto a la factura de la pincelada, especialmente en los árboles y las plantas se evidencia un dibujo preciso en el que las formas orgánicas, de curvas sensibles, logradas con pinceladas cortas y vibrantes, se ajustan perfectamente a las formas de las ramas de los árboles pero también aparecen en las sombras sobre el camino de “Paisaje” y en las huellas de carretas de “La Esperanza”, realzando la poética de las escenas.
En cuanto a la paleta usada en cada obra, la diafanidad de la alta clave lumínica y la gran calidad de los colores responden a la búsqueda de una belleza lírica relacionada, por supuesto, a la belleza propia del paisaje reproducido.
Con todos estos recursos el artista demuestra su gran maestría al momento de lograr un gran naturalismo y una gran calidad mimética de la obra en relación al paisaje que representa.